domingo, 22 de enero de 2012

DISARTRÍA:
El habla, como herramienta comunicativa, es una característica propia del ser humano, que permite, dentro de otras cosas, la vida en sociedad. Para lograr una producción eficiente de la voz se debe seguir una compleja secuencia coordinadade contracciones de la musculatura, proceso que abarca la respiración, faringe, laringe, paladar, lengua y labios. La fonación, es decir, la producción de los sonidos vocales, es la función principal de la laringe. Al hablar, el aire debe espirarse en secuencias regulares con el fin de mantener la espiración el tiempo suficiente para permitir la emisión de frases. La actividad de los músculos implicados en el habla regula y, por ende, modifica la corriente de aire espirada para producir los distintos fonemas característicos de cada idioma.
En el sistema nervioso central, deben llevarse a cabo variados procedimientos de integración de la información para que el proceso de fonación sea efectivo, ya que este abarca interacciones mentales y motoras complejas. Cuando alguno de los procesos realizados falla o no se realiza de manera óptima estamos tratando con un trastorno del habla, como por ejemplo la Disfagia, la Dislalia o la Disartria, esta última una de las más comunes dentro de este tipo de anomalías.
La disartria, viene del griego dis, dificultad y arthron, articulación. Para Darley, Aronson y Brown citados por Murdoch, B. (1997) se define disartria como "un nombre colectivo para un grupo de trastornos del habla resultantes de alteraciones en el control muscular sobre el mecanismo del habla debido a daños en el sistema nervioso central o periférico. Otorga problemas en la comunicación oral debido a parálisis, debilidad o descoordinación en la musculatura del habla"(p.1), esto puede provocar un deterioro en las competencias comunicativas a causa de una disminución de la inteligibilidad del habla.

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